En Quito, en noviembre de 2025, el cáncer es una de las mayores amenazas para la salud pública del Ecuador. GLOBOCAN estima más de 30 mil nuevos casos y cerca de 16 mil muertes cada año en el país. Detrás de esas cifras hay familias golpeadas y sueños en pausa. La propuesta de Ley Orgánica para la Atención Integral del Cáncer aparece como opción para cambiar la respuesta del Estado. Se plantea un modelo que junte prevención diagnóstico temprano tratamiento investigación y acompañamiento humano. También se pide fortalecer la promoción de la salud desde las comunidades con campañas sostenidas. Se habla de detección oportuna y reducción de factores de riesgo en todo el territorio. El texto reconoce el papel de redes familiares y comunitarias en la recuperación física y emocional. Wilson Merino fundador de la Fundación Cecilia Rivadeneira resalta que una ley efectiva incluye educación redes de apoyo y financiamiento sostenible.

Merino agrega que la Asamblea tiene la oportunidad de aprobar una norma que proteja la vida y priorice la investigación nacional. El mensaje es directo sin financiamiento claro la promesa de la ley no se cumple. Se propone asegurar recursos estables que garanticen continuidad de servicios en el sistema público. También se busca equidad en terapias y medicamentos innovadores para los grupos más vulnerables. En noviembre de 2024 se aprobó la Ley de Cáncer Cervicouterino con vacunación gratuita contra el VPH. Esa norma incluye tamizaje y detección para mujeres de 30 a 65 años y estrategias de atención integral. El nuevo proyecto propone derogar esa ley específica. Ante eso se plantea que cualquier cambio llegue con una ley mejor y más amplia.

Pacientes piden que la nueva ley tenga financiamiento blindado en el Presupuesto General del Estado. También demandan incorporación ágil y transparente de medicamentos y Acuerdos de Acceso Administrado para optimizar recursos. Y requieren atención integral y descentralizada para niños adolescentes y adultos en todas las provincias. Con estos puntos la ley apunta a un sistema más humano equitativo y solidario. La expectativa es que la Asamblea atienda este clamor y convierta la propuesta en resultados para las familias que hoy luchan contra el cáncer.