En esta segunda vuelta, los candidatos a la Vicepresidencia de la República han optado por un perfil bajo, alejándose de la controversia de 2023. María José Pinto y Diego Borja son los elegidos por Daniel Noboa y Luisa González para acompañarlos en sus fórmulas, pero su protagonismo ha sido discreto. Pinto, empresaria quiteña y exsecretaria técnica de Desnutrición Infantil, es conocida por su experiencia en el sector textil y su vinculación con áreas como ventas internacionales y comercio exterior. Por su parte, Borja, economista con un paso por altos cargos en el gobierno de Rafael Correa, ha sido protagonista de la Revolución Ciudadana, pero su carrera se vio marcada por denuncias de corrupción en el pasado. Aunque ambos vicepresidenciales no han acaparado titulares, han tratado de contribuir a la campaña a través de sus redes sociales y encuentros con sectores claves de la sociedad.

Un perfil bajo, pero con mensajes claros: Pinto y Borja intentan llegar al electorado joven

Pinto, quien ha sido crítica de la desnutrición infantil y la pobreza, ha tocado temas sensibles como la salud mental y el embarazo adolescente, mientras que Borja se ha centrado en la seguridad y la eficiencia del gobierno en temas como el control de fronteras. Sin embargo, ambos han preferido mantenerse al margen de las discusiones más álgidas y se han concentrado en utilizar sus redes sociales para aclarar dudas y acercarse a los votantes jóvenes, sin perder el toque de humor que caracteriza sus publicaciones. Sus esfuerzos han sido un intento por destacar entre la multitud y acompañar a sus compañeros de fórmula en su lucha por la presidencia.