El 2 de julio en Guayaquil, la Policía logró aprehender a dos adolescentes que estarían detrás de un atentado registrado esa madrugada en el suroeste de la ciudad. Todo empezó con una alerta del ECU 911 tras el ataque a una vivienda. Gracias a las cámaras de vigilancia y trabajo de inteligencia, localizaron una casa donde se escondía uno de los sospechosos. Ahí cayó Carlos C., de 16 años, quien coincidía con la descripción captada por las cámaras. Poco después atraparon al segundo implicado, Miguel E., de 15 años, conocido como ‘El Gordo’. Ambos dijeron ser parte del grupo delictivo Los Lobos y que extorsionaban pidiendo dinero. En los allanamientos se incautaron una moto eléctrica, un arma tipo traumática, ropa usada en los hechos, tres celulares con videos de los ataques, panfletos amenazantes y tres vainas percutidas. Los menores fueron entregados a la Fiscalía de Adolescentes Infractores y quedaron aislados por disposición del fiscal de turno. La captura fue considerada un duro golpe a las bandas juveniles que operan en Guayaquil. Las autoridades no descartan más detenciones relacionadas. Los panfletos encontrados tenían mensajes dirigidos a las víctimas. Algunos vecinos dijeron que habían notado movimientos extraños en los días anteriores. El sector afectado ha sido blanco de extorsiones en meses recientes. Los celulares hallados contenían evidencia clave para la investigación. La motocicleta incautada era usada para los recorridos durante los ataques. La Policía destacó la rapidez en identificar a los responsables. Se espera que más jóvenes implicados sean identificados pronto. Este caso encendió la alerta sobre cómo los grupos criminales reclutan adolescentes. El nombre de Los Lobos volvió a aparecer como organización tras este ataque. La Policía aseguró que seguirán los operativos en barrios peligrosos. Esta vez, la tecnología fue clave para atrapar a los responsables.