Lunes de horror en Mucho Lote, norte de Guayaquil, padres de familia fueron asesinados a balazos frente a una unidad educativa. Mientras dejaban a su hijo a las 07:30 del 9 de junio, una tricimoto llegó sin aviso y sus ocupantes dispararon contra la pareja. Los cuerpos quedaron tendidos en plena entrada del colegio, donde segundos después una lona ocultó la escena para iniciar el levantamiento policial. El estruendo sembró terror entre estudiantes que corrieron al ver los disparos. Padres y docentes, paralizados por el impacto, ayudaron a evacuar a los menores. Tres planteles cercanos cerraron sus puertas de inmediato por miedo a más violencia. “Es el peor día de sus vidas”, dijeron al referirse al niño que vio morir a sus padres. Adultos, visiblemente afectados, cubrieron los ojos de otros pequeños para que no vieran. El distrito Pascuales, que el día anterior vivió otro ataque mortal en Bastión Popular, vivió un nuevo golpe de inseguridad. La escena del crimen fue acordonada por agentes de Criminalística y Policía Nacional. Hasta ahora nadie ha sido detenido y se desconoce la identidad de los asesinos. La hipótesis apunta a ajustes de cuentas entre bandas criminales que operan en la zona. La comunidad exige más presencia policial y seguridad en las inmediaciones de las aulas. Familias, semiparalizadas por el miedo, analizan no enviar a sus hijos a clase por días. El Ministerio de Educación aún no ha emitido un mensaje oficial sobre protocolos o refuerzos de seguridad. Mientras tanto, el sector sigue conmocionado y a la espera de respuestas. Las averiguaciones continúan y los investigadores recaban pruebas. Alumnos, padres y profesores exigen claridad y justicia inmediata.