Manuel Agustín Villamar, de 31 años, primo de alias ‘Fito’, uno de los narcotraficantes más buscados de Ecuador y líder de la banda criminal Los Choneros, fue asesinado en Medellín, Colombia, en la madrugada del pasado sábado. El crimen ocurrió a las 03:30 afuera de una discoteca, donde Villamar se encontraba sentado en una mesa junto a otras personas.

El asesinato fue captado por una cámara de seguridad que muestra cómo un hombre se acerca a la víctima, le pregunta algo a los guardias de seguridad y luego, sin mediar palabras, saca una pistola con silenciador de una bolsa y le dispara a quemarropa por la espalda. El sicario huyó rápidamente del lugar en una motocicleta, donde un cómplice lo esperaba.

Manuel Agustín Villamar Conforme era un expolicía ecuatoriano con el grado de cabo segundo, que había dejado Ecuador para radicarse en Medellín hace 15 años. Aunque no registraba antecedentes penales ni en Ecuador ni en Colombia, las autoridades colombianas no descartan que su asesinato esté relacionado con un ajuste de cuentas, dadas sus conexiones familiares.

Villamar residía en Envigado, un municipio cercano a Medellín, donde se dedicaba a la ganadería. A pesar de mantener un perfil bajo, su relación con alias Fito lo vinculaba indirectamente con el mundo del crimen organizado. En junio de 2023, Villamar ya había sobrevivido a un intento de asesinato en Portoviejo, Ecuador. Tras ser dado de alta del hospital regional Dr. Verdi Cevallos Balda, decidió regresar a Colombia, donde finalmente encontró la muerte.

El crimen ha generado un fuerte impacto tanto en Ecuador como en Colombia, dada la notoriedad de su primo, alias Fito, conocido por ser el líder de la banda criminal Los Choneros, una de las organizaciones más poderosas y temidas en Ecuador. La Policía de Colombia continúa investigando los hechos, y aunque aún no se ha confirmado el motivo del asesinato, todo apunta a un posible ajuste de cuentas relacionado con el narcotráfico.

Este trágico suceso resalta la creciente violencia que rodea a las personas cercanas a figuras del crimen organizado, quienes a menudo se convierten en blancos de venganzas y ajustes de cuentas. La conexión de Villamar con alias Fito podría haber sido suficiente para convertirlo en un objetivo para sus enemigos.