El expresidente Donald Trump está a punto de encender la economía global con una medida extrema: aplicar aranceles de forma inmediata y masiva a todas las importaciones que llegan a Estados Unidos. Desde la Casa Blanca anunciaron que este miércoles 2 de abril, Trump presentará su agresivo plan en una ceremonia en el Jardín de las Rosas, y los nuevos impuestos comerciales entrarán en vigencia sin esperar ni un minuto. Aunque no hay detalles claros, se habla de un arancel universal del 20% que afectaría productos de todo el mundo. Esto impactaría directamente sobre más de USD 3,3 billones en bienes importados. El caos ya se siente en los mercados, y economistas advierten que podría tratarse de la guerra comercial más grande desde los tiempos de McKinley. Según Moody’s, esta jugada podría borrar 5,5 millones de empleos, disparar el desempleo al 7% y causar una recesión grave. Trump insiste en que esto protegerá al trabajador estadounidense y combatirá abusos comerciales. Pero los empresarios están preocupados: dicen que no pueden planificar con tanta incertidumbre. En su primer mandato, Trump impuso aranceles por USD 380.000 millones; ahora el impacto sería diez veces mayor. Wall Street tiembla y hay temor de que la inflación se dispare aún más. El plan busca, según la Casa Blanca, devolver la “Edad de Oro” a EE.UU., pero muchos creen que solo traerá precios altos y desempleo. La idea incluso contempla empezar con los “15 sucios”, países con los peores déficits comerciales con EE.UU. Los economistas dicen que esta medida podría ser una bola de demolición para la economía global. Empresas ya están alzando la voz diciendo que este caos es “verdaderamente ridículo”. A pesar de las advertencias, Trump se muestra decidido. La presión sobre los consumidores será real: todo será más caro. Y los efectos se sentirán en Ecuador y el mundo.