Donald Trump ha encendido las alarmas en Washington al ordenar una investigación contra Joe Biden. Asegura que durante su mandato, el expresidente no estaba al tanto de decisiones clave, ya que sus asesores habrían utilizado una máquina para replicar su firma en documentos oficiales. Esta acusación, sin pruebas concretas, ha generado un gran revuelo político.

Trump sostiene que el uso del autopen, una máquina que replica firmas, fue empleado para ocultar un supuesto deterioro cognitivo de Biden. Según él, esto invalidaría indultos, nombramientos judiciales y órdenes ejecutivas firmadas durante su presidencia.

Biden, por su parte, ha calificado estas acusaciones de "ridículas y falsas", afirmando que todas las decisiones durante su mandato fueron tomadas por él.

La investigación ha sido encargada a la fiscal general Pam Bondi y al asesor jurídico de la Casa Blanca, David Warrington. Además, el Congreso ha solicitado entrevistas con varios exasesores de Biden para esclarecer los hechos.

Esta nueva ofensiva de Trump se suma a su larga lista de ataques contra su predecesor, en un intento por desacreditar su gestión y fortalecer su posición política.