30 años después, el terapeuta reflexiona sobre los Menéndez


Después de 30 años trabajando con asesinos, un psiquiatra forense cuenta sus reflexiones sobre los Menéndez.
El caso de los hermanos Erik y Lyle Menéndez, quienes asesinaron a sus padres en 1989, marcó un antes y un después en la criminología. Gwen Adshead, psiquiatra forense, dedicó tres décadas de su vida a tratar con asesinos, buscando comprender la psicología detrás de crímenes tan impactantes. En su más reciente artículo, Adshead revela sus profundas reflexiones sobre la maldad humana. Según su perspectiva, “nadie nace malo”.
Las motivaciones detrás del crimen de los Menéndez, una historia que aún genera controversia, no son simples. Adshead argumenta que el entorno y las experiencias traumáticas juegan un papel fundamental. Para los hermanos Menéndez, el abuso físico y emocional por parte de sus padres fue una de las claves para entender sus actos. La psiquiatra subraya que estos factores pueden influir en la mente humana de manera devastadora.
El artículo de Adshead ofrece una mirada más humana sobre los que cometen crímenes tan atroces. En su opinión, la maldad no es inherente al ser humano, sino el resultado de años de sufrimiento y decisiones condicionadas por un entorno violento. Los Menéndez no son solo un caso de asesinos célebres; son la evidencia de un sistema que falla en proteger a quienes más lo necesitan.
El testimonio de Adshead es un llamado a la reflexión sobre las causas de la violencia y las formas de prevención. Tras más de 30 años de estudio, su conclusión es clara: el cambio comienza con una mejor comprensión de la psicología detrás de los crímenes. Este enfoque, más humano y empático, podría abrir nuevas puertas para la rehabilitación de los criminales y la prevención de futuros hechos de violencia.