La cocaína rosa, un cóctel de drogas sintéticas, se ha convertido en una seria preocupación en Europa, especialmente en España y el Reino Unido. A principios de este mes, las autoridades españolas realizaron la mayor redada de drogas sintéticas de su historia, incautando grandes cantidades de esta sustancia junto a más de un millón de pastillas de éxtasis en Ibiza y Málaga.

La cocaína rosa, a pesar de su nombre, rara vez contiene cocaína pura. En su lugar, suele ser una mezcla de MDMA, ketamina y 2C-B, lo que la convierte en una sustancia extremadamente impredecible. Los usuarios esperan un efecto estimulante, pero la ketamina, con sus propiedades sedantes, puede llevar a situaciones de salud peligrosas, como la pérdida de conciencia y problemas respiratorios graves. Esto ha generado alarma entre las autoridades de salud, quienes advierten sobre los riesgos de esta droga, especialmente por su dificultad para ser detectada en controles rutinarios.

La creciente popularidad de la cocaína rosa ha sido impulsada por su estética llamativa y su etiqueta de "droga de diseño", lo que la hace especialmente atractiva para jóvenes en fiestas. Se vende a alrededor de 100 dólares por gramo en España, comercializándose como un producto de lujo. Sin embargo, los expertos comparan su consumo con una ruleta rusa, donde el resultado puede ser imprevisible y, en muchos casos, fatal.

A medida que su uso se extiende por Europa, con reportes de su presencia en Escocia, Gales y Nueva York, organizaciones de reducción de daños insisten en la importancia de los kits de análisis de drogas para evitar tragedias. Sin una acción rápida por parte de las autoridades y una mayor conciencia pública, el riesgo asociado a esta droga seguirá creciendo, amenazando la salud de los más vulnerables.