El 5 de agosto, la Policía Nacional dio un mega golpe al narcotráfico internacional: incautó 1.858 kilos de cocaína en altamar. La droga iba escondida en contenedores, usando la modalidad conocida como “gancho ciego”. La operación fue posible gracias a la alerta recibida y una rápida coordinación con la Policía de Panamá. No fue el único golpe: el 1 de agosto, en el aeropuerto de Guayaquil, el can “Pindo” olfateó 14 kilos de droga listos para volar. Todo esto se suma a lo incautado en julio, donde se retiraron del mercado unas 26 toneladas de droga. La Policía calcula que esa mercancía ilegal valía más de 60 millones de dólares. Las mafias están perdiendo fuerte con cada operación. El tráfico por mar y aire no se detiene, pero los agentes tampoco. La droga incautada iba con destino internacional. Las mafias intentan burlar controles, pero esta vez fallaron. La cooperación entre países fue clave. La cocaína iba a ser distribuida en otros continentes. Cada kilo representa miles de dosis que no llegaron a las calles. Los operativos seguirán en puertos, aeropuertos y carreteras. La Policía asegura que no parará. Los perros antinarcóticos están entrenados para detectar hasta el mínimo rastro. La lucha sigue y el mensaje es claro: no se permitirá que el país sea puente del narco. Con cada decomiso, se afecta el bolsillo de los capos. La seguridad sigue en primera línea.