El presidente ecuatoriano Daniel Noboa ha ratificado su decisión de repatriar a alrededor de 3 mil presos extranjeros, en un esfuerzo por aliviar el hacinamiento en las cárceles del país. Colombianos, venezolanos y peruanos, con la mayor presencia en las prisiones ecuatorianas, están en el centro de este plan.

Aunque los detalles logísticos de cómo se llevará a cabo la repatriación aún no se han aclarado, el presidente Noboa ha indicado que la operación podría comenzar en cuestión de días. La estrategia de Noboa se centra en la colaboración con países vecinos bajo convenios de cooperación humanitaria existentes. Un ejemplo notable es el plan de trasladar 1.489 ciudadanos colombianos al puente Internacional de Rumichaca, entregándolos al gobierno del presidente Gustavo Petro.

Sin embargo, la iniciativa enfrenta desafíos significativos. El ministro de Justicia colombiano, Néstor Iván Ozuna, ha expresado su preocupación, señalando que la expulsión podría equivaler a dejar a estos individuos en libertad. Además, existe una discrepancia notable en las cifras oficiales de presos colombianos entre la Cancillería ecuatoriana y el Servicio Nacional de Atención a Personas Privadas de la Libertad (SNAI).

La situación con Perú y Venezuela presenta sus propios desafíos. Mientras se espera que Perú reciba 100 presos, el silencio de las autoridades peruanas mantiene la incertidumbre. Las conversaciones con Venezuela, bajo el régimen de Nicolás Maduro, son aún más complicadas, evidenciando una grave discrepancia en las cifras de presos venezolanos.

Este ambicioso plan del presidente Noboa, que busca reducir el hacinamiento y desintegrar bandas delictivas en las cárceles, refleja la complejidad y la urgencia de la situación carcelaria en Ecuador. La efectividad de esta estrategia y su impacto en la seguridad nacional y las relaciones internacionales será un tema de seguimiento clave en los próximos días.