Erika Morales tenía 17 años cuando su vida dio un giro trágico. El 2 de agosto de 2021, en un bar de Colombia, recibió un botellazo en la cabeza durante una pelea. El impacto le provocó un infarto cerebral y una lesión medular severa, dejándola cuadripléjica y completamente dependiente de terceros.

A pesar de que se identificó a las presuntas agresoras, nadie ha sido detenido, lo que ha generado indignación. En 2024, Erika decidió luchar por una muerte digna y solicitó la eutanasia, un proceso que inicialmente fue negado por las autoridades de salud. Su historia se viralizó y desató un fuerte debate en Colombia. Finalmente, tras meses de batalla, su petición fue aprobada.

Sin embargo, el 1 de marzo de 2024, Erika falleció. No se ha confirmado si fue por la eutanasia o por complicaciones médicas. Su familia, en especial su hermana Tatiana, continúa exigiendo justicia para que los responsables del ataque enfrenten las consecuencias. Su caso ha reabierto el debate sobre la eutanasia y la impunidad en casos de violencia.