El mundo digital y la moda lloraron la muerte de Adair Mendes Dutra Júnior, influencer y estilista brasileño de 31 años. Él falleció el viernes 3 de octubre de 2025 en São Paulo por graves complicaciones infecciosas tras una cirugía estética facial realizada meses atrás. Su caso encendió el debate sobre los riesgos de los procedimientos estéticos no regulados y la presión por la imagen en redes. La intervención se practicó en marzo de 2025 en una clínica privada con el objetivo de lograr la llamada “mirada de zorro” o “foxy eyes”. Esta tendencia buscó alargar el contorno ocular y elevar las cejas para un efecto felino y alargado. En el mundo pop, nombres como Bella Hadid, Kendall Jenner y Megan Fox impulsaron ese look. Tras el procedimiento, Adair comenzó a notar señales preocupantes en su rostro. En videos contó que “tan pronto como me hicieron el procedimiento, sentí como si se me hubiera reventado una vena”. También relató que el lado derecho parecía bien, pero el izquierdo no respondió igual. La hinchazón, el dolor intenso y los moretones se mantuvieron por semanas. A pesar de los tratamientos dermatológicos, la infección empeoró con el paso de los meses. El 3 de octubre fue ingresado de emergencia en un hospital público de São Paulo. Un cuadro infeccioso severo terminó con su vida ese mismo día. Antes de morir, Adair presentó una denuncia penal contra la cirujana que lo atendió. La acusó de negligencia y de presunto ejercicio ilegal de la medicina. Medios locales indicaron que el procedimiento pudo haberse hecho sin autorizaciones médicas adecuadas y las autoridades sanitarias ya revisaron ese punto. La profesional negó los señalamientos, mientras la Justicia brasileña abrió una investigación formal por posible mala praxis. El funeral se realizó el 4 de octubre en la Funeraria Velar Morumbi con la presencia de familiares, amigos y seguidores. Figuras del entretenimiento y la moda expresaron su dolor y pidieron un esclarecimiento total para evitar más tragedias. Especialistas recordaron que el “foxy eyes” con hilos y la variante quirúrgica con incisiones pueden traer infecciones, daños nerviosos, asimetrías permanentes y, en casos extremos, desenlaces fatales.