Un reciente estudio ha encendido el debate sobre la relación entre las preferencias musicales y el nivel de inteligencia. La investigación, apoyada en inteligencia artificial, sugiere que ciertos géneros, como el pop comercial, el rap más básico y la música electrónica, son más populares entre personas con niveles cognitivos más bajos.

Estos estilos suelen caracterizarse por letras simples y ritmos pegajosos que buscan gratificación inmediata. Aunque no todos los oyentes de estos géneros encajan en esta descripción, los investigadores destacan una tendencia en ciertos grupos que prefieren evitar la complejidad.

Por el contrario, las personas que disfrutan de géneros como el jazz o la música clásica suelen estar asociadas a niveles educativos más altos y mayor desarrollo cognitivo. Según el estudio, estas preferencias pueden relacionarse con la complejidad estructural y las experiencias profundas que ofrecen estos géneros.

Sin embargo, estas conclusiones no están exentas de críticas. Los expertos señalan que la inteligencia es solo uno de los muchos factores que influyen en las preferencias musicales. Aspectos culturales, emocionales y sociales también juegan un papel importante en las elecciones personales.

Es esencial no caer en estereotipos. Una persona con alta capacidad intelectual puede disfrutar del pop, mientras que alguien con menor nivel educativo podría apreciar el jazz o la música clásica. La música es una experiencia personal que trasciende la cognición.

Al final, lo que importa es el impacto emocional y la conexión que genera. Estos hallazgos, aunque interesantes, solo arañan la superficie de una relación compleja entre música e inteligencia.

Los investigadores concluyen que es necesario realizar más estudios para comprender mejor los múltiples factores que influyen en las preferencias musicales y cómo interactúan con la cognición.