La tecnológica gigante, Google, sacó a la luz un oscuro rincón de la web al alertar sobre actividades sospechosas en Ecuador. Las alertas, dirigidas al Centro Nacional para Niños y Niñas Desaparecidos y Explotados (NCMEC), revelaron transmisiones y descargas de material pedófilo desde IPs ecuatorianas.

Gracias a esta información, la Fiscalía Especializada en Delincuencia Organizada Transnacional e Internacional y la Unidad de Ciber Delitos de la Policía Nacional, emprendieron una investigación exhaustiva. Esta condujo al arresto de Manuel M. S., quien enfrenta ahora una sentencia de 10 años de prisión.

Durante el juicio, se expuso como prueba contundente que Manuel era el propietario de cuentas de email que almacenaban fotos y videos del delito. Más aún, un perito informó sobre material donde el mismo procesado se auto-grababa.

El Tribunal, tras analizar todas las evidencias, sentenció a Manuel por vulnerar la integridad de menores y transmitir el material en la web. Adicional a la pena carcelaria, se le impuso una multa significativa de USD 18 000. Según el Código Orgánico Integral Penal (COIP), el comercio de pornografía infantil se castiga con 10 a 13 años de prisión.