Los científicos han confirmado lo que por mucho tiempo fue un tema de especulación y teorías: la Luna no solo nos fascina con su belleza, sino que también oculta bajo su superficie un complejo sistema de túneles. Un equipo internacional, liderado por expertos de la universidad de Trento en Italia, reveló en 'Nature Astronomy' la existencia de un tubo de lava subterráneo, que se extiende más allá de lo visible, y que podría ser clave para futuras misiones y la colonización lunar.

Este descubrimiento es fruto de la revisión de datos recopilados por la misión Lunar Reconnaissance Orbiter (LRO) en 2010, que había detectado un misterioso agujero en el Mar de la Tranquilidad. Los nuevos análisis mostraron reflejos de radar consistentes con un conducto subterráneo, validando así la hipótesis de que estos 'pozos' son en realidad la entrada a antiguos ríos de lava, ahora vacíos.

La importancia de estos túneles es inmensa, no solo desde el punto de vista científico, sino también para la logística de futuras expediciones. Los tubos de lava podrían proporcionar un refugio natural contra las condiciones extremas de la Luna, como las fluctuantes temperaturas, que van desde los 127 grados en la cara iluminada, hasta los -173 grados en la oscura, y la alta radiación solar y cósmica, mucho más intensa que en la Tierra.

Con esta evidencia, los científicos están más cerca de comprender y eventualmente utilizar estos túneles como potenciales habitáculos, lo que abre un nuevo panorama en la exploración espacial. Mientras tanto, el debate continúa sobre las posibles aplicaciones de este descubrimiento, que bien podría ser uno de los más significativos en la historia de la exploración lunar.