En un momento de creciente tensión política en Venezuela, el presidente Nicolás Maduro ha respondido con sarcasmo a las críticas internacionales sobre sus recientes declaraciones alarmantes. Maduro sugirió que aquellos alarmados por su advertencia de un posible "baño de sangre" si pierde las próximas elecciones presidenciales deberían "tomar una manzanilla".

Este comentario fue una clara alusión a las preocupaciones expresadas por el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva. Lula, visiblemente preocupado por las declaraciones de su homólogo, había conversado con Maduro, instándole a respetar el proceso democrático como clave para resolver los problemas económicos de Venezuela y facilitar el retorno de los venezolanos emigrados.

Durante un acto de campaña transmitido por el canal estatal VTV, Maduro afirmó que no estaba mintiendo, sino haciendo "una reflexión" sobre el futuro político de Venezuela. Según él, su gobierno ha evitado repetidamente una guerra civil y afirmó que bajo su liderazgo, "en Venezuela triunfará la paz y la unión cívico-militar-policial perfecta".

Lula, en contraste, ha subrayado que en una democracia verdadera, "el que pierde se lleva un baño de votos, no un baño de sangre", reiterando que Maduro debe estar preparado para aceptar el resultado de las elecciones, sea cual sea.

La comunidad internacional, incluido Brasil, ha expresado su intención de enviar observadores a las elecciones para garantizar la transparencia del proceso. Este es un período crítico para Venezuela, ya que el país se acerca a unas elecciones que no solo decidirán su próximo líder, sino que también podrían definir el rumbo de su recuperación económica y estabilidad política.