Marco Rubio, secretario de Estado de Estados Unidos, llegó a Quito la noche del miércoles 3 de septiembre y desde temprano este jueves 4 su presencia generó movimiento en el Centro Histórico, donde el Palacio de Carondelet amaneció resguardado con más de 200 efectivos entre policías y militares. La cita con el presidente Daniel Noboa estaba prevista para las 09:00, en medio de calles cerradas y un fuerte despliegue de seguridad. El ingreso de funcionarios y delegaciones al Palacio se dio desde primeras horas, mientras afuera se colocaba la alfombra roja para recibir al alto funcionario estadounidense. Rubio, que entró por la calle García Moreno, saludó al llegar y publicó en su cuenta de X que busca reforzar la relación bilateral para luchar contra la delincuencia transnacional, el terrorismo y la migración irregular. La vocera presidencial Carolina Jaramillo confirmó que también participan la canciller Gabriela Sommerfeld y el encargado de negocios de la Embajada de EE.UU. En paralelo, se prepara una rueda de prensa a las 10:30 para detallar acuerdos y próximos pasos. La Canciller arribó minutos después de las 08:00 bajo estricta custodia, incluso con una manta blindada. Entre los puntos centrales está el apoyo de EE.UU. al Centro Nacional de Inteligencia y la UAFE, con capacitaciones para combatir narcotráfico y lavado de dinero. La llegada de Rubio coincide con recientes reuniones entre el Congreso estadounidense y el ministro de Defensa, lo que confirma que el tema de seguridad es la prioridad absoluta. Noboa incluso aplazó su viaje a Vietnam para enfocarse en este encuentro. Washington considera a Ecuador estratégico en la ruta del Pacífico usada por carteles, y los decomisos de cocaína entre 2019 y 2023 refuerzan esa importancia. La visita de Rubio ocurre también en un contexto de mayor presencia militar de EE.UU. en la región, especialmente contra el narcotráfico en el Caribe y el Pacífico. Ecuador se posiciona así como un socio clave en los planes de seguridad de la Casa Blanca.