En un reciente informe del Ministerio de Defensa ruso, se ha confirmado una serie de ataques masivos con drones por parte de Ucrania, centrados en la infraestructura energética rusa durante la noche del sábado. Según las autoridades, el sistema de defensa aérea ruso logró interceptar 50 drones en diferentes regiones, incluyendo 26 en la región de Belgorod, próxima a la frontera ucraniana.

Trágicamente, dos personas perdieron la vida en Belgorod debido a incendios resultantes de los ataques: una mujer con una pierna rota y un hombre que se encontraba en su compañía en el momento del siniestro. El gobernador de Belgorod, Vyacheslav Gladkov, compartió la desoladora noticia a través de las redes sociales, lo que pone de relieve el impacto humano de este conflicto.

Además de Belgorod, se reportaron incidentes similares en las regiones de Bryansk, Kursk, Tula, Smolensk, Riazán y Kaluga. Las explosiones y los incendios afectaron principalmente a instalaciones de combustible y energía, demostrando un patrón claro en los objetivos seleccionados por los drones ucranianos.

Por su parte, Ucrania no solo ha enfrentado estos ataques sino que también ha sido objetivo de represalias rusas. Durante la misma noche, Rusia lanzó siete misiles hacia Ucrania, causando daños significativos en la infraestructura, incluyendo las instalaciones portuarias de Odesa, según informó el presidente Volodímyr Zelenski.

Este intercambio de ataques con drones y misiles entre Rusia y Ucrania resalta la creciente dependencia en tecnologías no tripuladas en el conflicto, una táctica que Kiev parece estar utilizando para equilibrar la disparidad en términos de recursos y apoyo militar en comparación con Rusia.