Quito , una ciudad habitualmente en paz, vivió horas de alarma y confusión entre el 30 y 31 de agosto. Dos coches bomba explotaron en distintos puntos de la capital, dejando a la ciudadanía en estado de shock.

La primera detonación ocurrió cerca de la av. Amazonas y Robles , en pleno sector de La Mariscal. Testigos inicialmente creyeron que se trataba de un incendio. Sin embargo, la realidad era más sombría: el vehículo tenía cilindros de gas con combustible, mecha lenta y posiblemente tacos de dinamita. A este siniestro se suma un acto vandálico: dos individuos en moto rociaron con gasolina el auto, provocando una explosión que dañó otros vehículos cercanos.

Sin dar tiempo a recuperarse del primer incidente, una segunda explosión sacudió la calle 12 de Octubre y Wilson , frente a la Universidad Salesiana. Una camioneta con un tanque de gas fue incinerada. Las imágenes de los chispeantes fueron capturadas por transeúntes en el momento del hecho.

En un giro inesperado, seis individuos, implicados en este acto terrorista, han sido detenidos. Entre los arrestados, cuatro son ecuatorianos y un colombiano. Lo preocupante es que tienen antecedentes de extorsión, robo y asesinato. Datos revelados por Pablo Ramírez , director de Inteligencia de la Policía Nacional, sugieren que esto podría ser represalia por traslados de presos.