Caótico e inimaginable resulta hoy el mundo de interconexión y digitalización cada vez más omnipresente en la sociedad y la educación, nos enfrentamos a nuevos desafíos frente el acelerado proceso de la sobreinformación que obliga a los gobiernos del mundo a repensar el actuar de los sistemas educativos caducos  que no fortalecen el desarrollo de habilidades competitivas en los educandos, creando individuos que replican modelos formativos extranjeros no ajustados a nuestros contextos sociales, culturales y, sobre todo educativos. 

Ahora resulta absurdo hablar de la educación del futuro cuando las brechas de tecnología en el campo educativo siguen siendo significativas y limitante. Es contradictorio afirmar que la educación es el paso para el desarrollo de los pueblos cuando estas brechas persisten. ¿Cómo se puede hablar de una educación alineada a mejorar la economía de un país cuando esta se encuentra limitada por la falta de recursos y habilidades en la Tecnologías del Conocimiento y Aprendizaje (TAC)? Tecnologías que se hablan en escuelas y colegios pero que no se las aplica de manera adecuado por falta recursos tanto tecnológicos como económicos en muchos centros educativos del país. 

Se necesita de manera urgente que el gobierno preste más atención a la educación y a los modelos implantados en las escuelas. Así, estás podrán responder a una educación más democrática, participativa y sobre todo innovadora. ¡Imagínate! Escuelas o colegios que se conviertan en centros de incubación de ideas, no solo locales, sino que, gracias a la tecnología, puedan formar parte de una aldea global de conocimiento. Porque, ¿A quién no le gustaría que su hijo aprenda en aulas con computadoras y espacios colaborativos de aprendizaje? Ese, es el futuro.