China ha dado un paso audaz en su búsqueda del espacio exterior al lanzar una misión sin precedentes hacia la cara oculta de la Luna. Este viernes, desde el Centro de Lanzamiento Espacial Wenchang, el cohete despegó con la sonda Chang’e-6, con el objetivo de recolectar muestras de esta región lunar nunca antes explorada.

La misión, que se espera dure 53 días, tiene como propósito recoger al menos dos kilogramos de material lunar para su posterior análisis en la Tierra. La nave tiene previsto aterrizar en la vasta Cuenca Aitken, situada en el Polo Sur de la Luna, un área de interés científico por sus características geológicas únicas.

El lanzamiento de Chang’e-6 marca otro logro significativo en el ambicioso programa espacial de China, que bajo el liderazgo del presidente Xi Jinping, ha demostrado un progreso notable en los últimos años. Desde la construcción de la estación espacial Tiangong hasta el aterrizaje de rovers en Marte, China ha consolidado su posición como una potencia espacial emergente.

Sin embargo, este avance no está exento de controversia. Estados Unidos ha expresado preocupación sobre las intenciones detrás del programa espacial chino, sugiriendo motivaciones militares. La competencia por la supremacía espacial se intensifica, con ambos países proyectando misiones tripuladas a la Luna para la próxima década.

La exploración de la cara oculta de la Luna ofrece una ventana única para comprender la historia y la formación de nuestro satélite natural. Los científicos esperan que las muestras recolectadas proporcionen valiosas pistas sobre los procesos geológicos que han dado forma a la Luna a lo largo de milenios.