El Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC) reveló que el empleo pleno cayó drásticamente en Ecuador. Según el reporte de noviembre, el país perdió 132 mil empleos adecuados en un año, dejando a solo 2 millones 905 mil personas en esta categoría.

El mes con la mayor cantidad de empleos formales fue septiembre, con 3 millones 155 mil. Desde entonces, se perdieron 250 mil empleos, una caída alarmante para la economía ecuatoriana.

Los sectores productivos atribuyen esta crisis a los apagones que afectaron al país durante el último trimestre. La crisis energética impactó severamente la capacidad de generar empleo estable.

Por otra parte, la informalidad laboral sigue en aumento. En noviembre, 5 millones 596 mil personas trabajaban en condiciones precarias o sin remuneración adecuada.

El subempleo, los empleos no remunerados y otras formas de ocupación inestable absorbieron a 236 mil nuevos trabajadores en un año. Estas cifras reflejan una situación crítica para miles de familias ecuatorianas.

El desempleo tampoco quedó exento de incrementos. En noviembre del 2022, había 293 mil 581 desempleados. Un año después, son 322 mil 200, lo que representa un aumento de 28 mil 420 personas.

Estos datos contrastan con los anuncios oficiales sobre la creación de nuevos empleos. Las cifras del INEC muestran un panorama muy distinto al discurso del Gobierno.

Especialistas señalan que, además de la crisis energética, factores como la incertidumbre económica y la falta de políticas efectivas para el mercado laboral contribuyeron a este retroceso.

La pérdida de empleo pleno tiene consecuencias profundas para la economía, pues este tipo de empleo asegura condiciones laborales dignas, estabilidad y acceso a beneficios sociales.

La caída del empleo formal en Ecuador refleja un desafío urgente para el país, donde la informalidad y la precariedad son el sustento para millones de personas.