Las elecciones presidenciales de Estados Unidos se acercan y la carrera entre Kamala Harris, la candidata demócrata, y Donald Trump, el candidato republicano, está más ajustada que nunca. Los votantes acudirán a las urnas el próximo 5 de noviembre en un escenario que, según las encuestas, muestra una contienda extremadamente reñida entre ambos.

Kamala Harris se convirtió en la candidata oficial del Partido Demócrata tras la decisión del presidente Joe Biden de retirarse de la carrera y respaldar a su vicepresidenta. Desde entonces, Harris ha prometido un "nuevo camino" para los estadounidenses, centrado en la inclusión y la justicia. Durante la convención demócrata en Chicago, su popularidad alcanzó un 47%, pero desde entonces las cifras se han mantenido estables, sin grandes variaciones.

Por otro lado, Donald Trump, que busca un segundo mandato en la Casa Blanca, ha mantenido su apoyo firme entre sus seguidores. Las encuestas lo sitúan en un promedio del 44% a nivel nacional, un punto porcentual por debajo de Harris. La carrera está especialmente reñida en los llamados estados péndulo, aquellos que pueden inclinarse hacia cualquier partido y definir el resultado final.

Estados como Pensilvania, Michigan y Wisconsin, que fueron clave para la victoria de Trump en 2016 y que Biden recuperó en 2020, se perfilan como los campos de batalla más importantes en estas elecciones. En algunos de estos estados, la diferencia entre Harris y Trump es de menos de un punto, lo que hace difícil prever quién se llevará la victoria.

Sin embargo, aunque las encuestas nacionales y estatales pueden dar una idea general de la situación, es importante recordar que el sistema de votación de Estados Unidos se basa en el Colegio Electoral. Esto significa que ganar más votos populares no necesariamente garantiza la presidencia. Lo que realmente importa es el resultado en los estados clave, que son los que otorgan los votos electorales necesarios para alcanzar los 270 que aseguran la victoria.

A medida que se acerca el día de las elecciones, la incertidumbre se mantiene, y tanto Harris como Trump intensifican sus campañas en los estados donde se juegan la presidencia. Todo indica que esta será una de las elecciones más disputadas de la historia reciente de Estados Unidos.