Quito vivió este domingo 5 de octubre dos escenarios enfrentados a pocas cuadras. En los alrededores de El Arbolito y El Ejido hubo música, ferias y discursos oficiales. El Gobierno Nacional organizó un acto por la “activación del Ecuador” y por la paz. La vicepresidenta María José Pinto encabezó la jornada junto con autoridades del gabinete. Estuvieron el ministro del Interior Jhon Reimberg, la canciller Gabriela Sommerfeld y la ministra de Ambiente y Energía Inés Manzano. Artistas, emprendedores y ciudadanos pidieron vías libres para trabajar. Entre bailes y pancartas se promovió el Sí en la próxima consulta popular impulsada por Daniel Noboa. En ese espacio se escucharon mensajes que pedían el fin del paro y el retorno de la actividad económica. A pocas cuadras el panorama cambió con la marcha contra el Gobierno de Noboa. En la intersección de 6 de Diciembre y Patria un grupo de manifestantes fue bloqueado por un fuerte cordón policial. Con tambores, flautas y banderas indígenas exigieron derogar el Decreto 126. Los protestantes reclamaron que esa norma eliminó el subsidio al diésel. “Seguridad, salud y educación están en deuda”, gritaron en coro. Agentes de tránsito desviaron vehículos por vías alternas. Militares permanecieron en camiones atentos a posibles incidentes. En redes sociales, varios asistentes denunciaron agresiones de policías que resguardaban el lugar. Ecuador Chequea reportó que su periodista Esteban Cárdenas fue agredido por un policía durante la cobertura. El comunicador, según la denuncia, sufrió el arrebato de su teléfono y este fue lanzado al suelo. La organización pidió garantías para el trabajo periodístico. Entre fiesta y represión, la capital dejó la imagen de un país partido entre cansancio social y deseo de estabilidad.