La limpieza del hogar es una tarea que nunca termina, y si hay un lugar que requiere atención constante, es el baño. Entre las zonas más problemáticas se encuentra el inodoro, que es propenso a la acumulación de bacterias, sarro y malos olores. Sin embargo, existe un truco casero, económico y efectivo que puede hacer maravillas: tirar sal en el inodoro por las noches.

La sal, que es un ingrediente básico en la cocina, tiene propiedades que van más allá de la gastronomía. Según el portal Eurosal, la sal es el desinfectante natural más antiguo conocido por el ser humano. Su uso en el baño tiene varios beneficios, desde la eliminación de gérmenes hasta la prevención del sarro.

Primero, la sal actúa como un potente desinfectante. Cuando se espolvorea en el inodoro, crea un ambiente hostil para los microorganismos, lo que ayuda a reducir la proliferación de bacterias y gérmenes que pueden causar enfermedades. Además, la sal es excelente para neutralizar los malos olores, ya que absorbe la humedad y los compuestos orgánicos responsables de esos desagradables olores que a menudo se encuentran en los baños.

Para aprovechar al máximo estos beneficios, sigue este sencillo procedimiento: por la noche, espolvorea una cantidad generosa de sal en toda la superficie interior de la taza del inodoro, asegurándote de cubrir incluso las áreas debajo del borde. Deja que la sal actúe durante al menos 30 minutos, aunque lo ideal es dejarla toda la noche para obtener mejores resultados. A la mañana siguiente, frota suavemente la taza con un cepillo y tira de la cadena para enjuagar.