Desde este lunes 28 de julio, Marlon Vargas es el nuevo presidente de la CONAIE. En la sede de la organización, en Quito, se realizó el traspaso de mando desde Leonidas Iza, quien no se guardó nada y lanzó duras críticas. Iza aseguró que durante sus cuatro años de gestión no dejó que el Gobierno ni ningún político metiera las manos en la CONAIE. Según él, por eso los llamaron radicales. Aunque no son amigos cercanos, dijo que conoce a Vargas por su trayectoria en la lucha social. También dejó claro que no confía en todos los nuevos miembros del consejo de gobierno, pues algunos tendrían vínculos con el Ejecutivo. Advirtió que podrían ser premiados con cargos públicos pronto. Vargas, por su parte, afirmó que el movimiento indígena siempre apostó por el diálogo, pero que lo rompieron cuando el Gobierno se negó a escuchar. Recordó cómo enfrentó divisiones internas durante el paro de 2015. En su discurso, dijo que todos los gobiernos han tratado de dividirlos, pero que siempre resistieron con dignidad. Prometió que continuará defendiendo los derechos de los pueblos de la Costa, Sierra y Amazonía. Mientras tanto, la nueva directiva espera recibir oficialmente las oficinas de la sede para empezar a tomar decisiones. Iza cerró con una advertencia: hay sectores que buscan controlar la CONAIE desde afuera. Vargas llega con promesas de unidad, pero en medio de tensiones. La transición fue fría y con muchos ojos encima. Las próximas semanas marcarán el rumbo del movimiento indígena. El ambiente dentro de la organización sigue dividido. Hay dudas sobre el futuro y sobre quién manda realmente. Aún no se sabe cómo reaccionará Vargas ante el Gobierno de Noboa. Todo indica que los roces no van a tardar en estallar. El liderazgo indígena está en plena reconfiguración.